Pol Alabort, violonchelo

Es miembro de la Orquestra Simfònica d’Alcoi desde 2016, de su cuarteto residente y de la Jove Orquestra de la Generalitat Valenciana. Colabora con la Orquesta de la Región de Murcia, así como con la OJRM, la EOIB, la Junge Philharmonie de Karlsruhe o en el Mediterranean Music Fest. Realiza varios conciertos de música de cámara junto al pianista Carlos Santo.

Pol es alumno del violonchelista David Apellániz en el Conservatorio Superior de Música de Murcia. Recibe consejos de músicos como Michal Dmochowski, Xavier Gagnepain, Aldo Mata, Fernando Arias, Eduardo Vassallo o Alim Shakh, entre otros. Su pasión por la filosofía y la música le han llevado a ofrecer varios Conciertos-Conferencia para la Fundación “La Caixa”.

Pol Alabort nace en Alcúdia (Mallorca) y se acerca a la música a temprana edad, de la mano de su padre.
En 2013 inicia sus estudios en el Conservatorio Profesional de Alcoi, donde destaca la enorme influencia de Gregorio Casasempere. En 2018 se traslada a Valencia para estudiar Filosofía y termina el Grado Profesional de la mano de Noelia González en el Conservatori de Torrent. Durante esta etapa tiene la suerte y el privilegio de aprender de D. José García Roca.


Corta distancia:

  • Si existe una obra de la literatura universal en la que se encuentran contenidos los rasgos esenciales del género humano, ésa es, para mí, La Odisea de Homero. La lectura de este clásico siempre me ha resultado reconfortante y recomiendo a todo el mundo disfrutar de la experiencia de leer una de las obras sobre las que se asienta nuestra civilización.
  • Creo que en la interpretación de una obra deben coexistir necesariamente el elemento cerebral y el intuitivo. Por un lado, me parece necesario entender al compositor y la manera en la que está escrita su música con el fin de que las decisiones interpretativas sean fruto de una lectura profunda de la partitura. Por otro lado, no hay que descuidar las facetas física y lúdica del instrumento. Todo este trabajo debe realizarse con anterioridad al concierto, así el intérprete se sentirá libre mientras está tocando.
  • Quizás suene un poco cursi, pero tengo la sensación de que uno no elige ser músico de la misma manera que se puede elegir cualquier otra profesión. Mi impresión es que cuando uno es músico de corazón, esta decisión está tomada de antemano: simplemente nace y muere siéndolo.
  • Pocos son los casos en los que un niño prefiere la dura disciplina de aprender un instrumento antes que otras actividades más lúdicas. En mi caso, siempre sentí amor e inclinación hacia la música en general. Sin embargo, me costó muchos años desarrollar el amor por la disciplina y el trabajo artesanal que es necesario para tocar el violonchelo. Séneca utiliza la metáfora de “digerir al niño” para hablar del proceso mediante el cual uno pasa de hacer lo que le dictan sus apetencias a hacer lo que debe hacer. Yo tardé bastante en digerir al niño.
  • La posibilidad de trabajar y aprender estrechamente de un músico como Jacobo Christensen, es un estímulo y una experiencia increíble para todos los miembros de NMC. Además de esto, la formación de orquesta de cámara nos permite abordar un repertorio muy amplio de manera detallista y personal. Y todo esto, con algunos de los músicos más brillantes de nuestra generación. Para mí, tocar en NMC justifica el hecho de ser músico.