María Gil, violín

Comienza su acercamiento a la música a los tres años de la mano de sus padres y estudia grado profesional de violín en el Conservatorio Pintor Pinazo de Godella con Sarahi Sancho San Bartolomé. Cursa estudios superiores en el Conservatorio de Música de Aragón con Josep Colomé y recibe clases de cuarteto y de música de cámara de Aitor Hevia del Cuarteto Quiroga y Bernat Prat del Cosmos Quartet.

Se perfecciona en clases magistrales con Miguel Colom, Pablo Suárez, Sergey Teslya, Sarah Kapustin, Mari Carmen Antequera, Chiara Morandi, Jorge Jiménez, Francisco Fullana, Heriberto Fonseca, Helena Poggio, Cibrán Sierra, Josep Puchades, Mara Galassi y Enrico Gatti.

Ha colaborado con la Orquesta Federal de Valencia, Orquestra de València, Orquestra Simfònica Segle XXI, Orquestra Filarmónica de la Universitat de València, Orquesta Sinfónica Ciudad de Zaragoza, Jove Orquestra de la Generalitat Valenciana, Orquesta Barroca del Festival de Música y Danza de Granada y Orquestra de Cambra de Mallorca, bajo la dirección de Cristóbal Soler, Beatriz Fernández, Jordi Mora, Pablo Rus, J. Carewe, Juan Luis Martínez, Aarón Zapico y Bernat Quetglas, entre otros. Es miembro del coro femenino A cau d’orella.

Es miembro del Cuarteto Faula y violinista fundadora de Nostrum Mare Camerata, dirigida por Jacobo Christensen.
Estudia Máster en Musicología, Educación Musical e Interpretación de la Música Antigua con la profesora Alba Roca.


Corta distancia:

  • El sueño de mi vida es poder dedicarme a la música encontrando un equilibrio entre lo profesional y lo personal, una estabilidad en todos los sentidos.
  • Me encanta la pintura. El Bosco ha sido siempre mi pintor favorito, en concreto su Jardín de las delicias, que me parece similar al concepto que más me gusta de la música que, por mucho de mires, siempre encuentras algo nuevo y alucinante.
  • Estudiando mi instrumento, hay etapas en las que no descanso regularmente porque la rutina es más relajada y otras en las que todo se acumula y necesito un descanso mayor, tanto físico como mental.
  • De mi paso por el conservatorio recuerdo, sobre todo, a mis compañeros, a mi profesor Josep Colomé y a otros increíbles profesores que me han enseñado, acompañado y contagiado amor por la música durante mi formación superior. Si he crecido tanto personal como musicalmente, es gracias a ellos y a su forma de complementarse, siendo todos imprescindibles.
  • Lo que más me gusta de formar parte de NMC es la calidad humana y musical de sus miembros. Mis compañeros son magníficas personas, se genera “buen rollo” e ilusión compartida y, musicalmente, el nivel es altísimo gracias al increíble trabajo al detalle de Jacobo y la predisposición general. Me siento muy afortunada de poder aprender tanto de una formación cuyo interés principal y prioritario es la propia música, algo que, desgraciadamente, cuesta encontrar y es muy valioso para mí.