Anna Benavent, violín

Premio Extraordinario de Violín y Piano en el Conservatorio Profesional de Chella al finalizar los estudios profesionales.

Realiza sus estudios superiores de interpretación en la especialidad de violín en el Conservatorio de Música Joaquín Rodrigo de Valencia con Bárbara Mingot y, en la Universidad de Música Fryderyk Chopin, con Kamila Wąsik-Janiak y Krzysztof Bakowski.

Gracias a la beca otorgada por el ISEACV para el perfeccionamiento de jóvenes músicos, se perfecciona con el violinista Joaquín Torre Gutiérrez.

Estudia el máster en Música Española en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid con Mari Carmen Jiménez. Ha asistido a lecciones magistrales con Enrique Palomares, Vicente Balaguer, Vasko Vassilev, Agustín León Ara, Lorenzo Lucca, Stephan Hempel, Mirabai Weismehl, Irene Wilhelmi y Viktoria Kaunzner, entre otros.
Miembro de la Orquesta Primitiva Setabense, con la que ha actuado como solista.

Ha formado parte de la Orquesta de la Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana, Jove Orquestra de la Generalitat Valenciana- donde ha ejercido como concertino-, Jove Orquestra Nacional de Catalunya y Orquesta Sinfónica de Ávila.

Colabora en Orquesta de Cámara de Mallorca, Orquesta de Cámara de Valencia, Orquesta de Cámara de la Sociedad Filarmónica de Valencia y Dubrovnik Symphony Orchestra (Croacia).

Actualmente es miembro de la JONDE, de la Animato Foundation Chamber Orchestra (Suiza) y miembro fundador de Nostrum Mare Camerata.


Corta distancia:

  • Mi filosofía de vida es estudiar y dedicar el tiempo a lo que amo. Hoy en día, en casi todos los ámbitos, es muy difícil tener asegurado un trabajo estable, sobre todo, siendo joven. El mundo de la música no es diferente: pocas oportunidades laborales estables con buenas condiciones y muchos músicos altamente cualificados. Prepararse para ser músico profesional es, ya de por sí, un regalo. El aprendizaje que supone entender este lenguaje y poderlo observar de forma distinta a quien no está formado académicamente, es un privilegio.
  • Me encantaría, en algún momento de mi vida aprender a tocar algún instrumento de viento metal. Me encanta la trompeta.
  • Pisar el escenario siempre me pone un poco nerviosa, sin embargo, cada vez lo gestiono mejor y disfruto plenamente del concierto. Actualmente entro como un “flan” y, en cuestión de minutos experimento una sensación de paz, seguridad, tranquilidad y disfrute. Para un músico es muy valioso controlar los propios nervios en el escenario y superarlos te proporciona una enorme sensación de satisfacción.
  • Mi autoexigencia está íntimamente vinculada a la motivación que tenga a corto plazo. Sabiéndolo, construyo objetivos en mi día a día que me ayudan y mantengo de este modo el listón alto, tanto en el escenario como estudiando. Aun así, en ocasiones me reprendo por fallos en el concierto que podría haber solucionado estudiando mejor. Es un continuo aprendizaje.
  • NMC es una de las pocas agrupaciones jóvenes con plantilla estable. Todos nos ayudamos, respetamos, apoyamos y reímos. Somos, además de compañeros de orquesta, amigos y, en muchos casos, llevamos años tocando juntos. Conociéndose, es mucho más fácil trabajar y conectar. Esto es NMC: un mismo cerebro musical y humano que baila con los mismos pasos y en idéntica dirección. Sin duda, es la agrupación con la que más conectada me siento, disfrutando y aprendiendo tanto humana como musicalmente hablando.