Nace en Valencia, donde estudia en el CSMV con Pablo García y se gradua con Mención Honorífica. Realiza postgrado y Máster Orquestal en Musikene bajo la tutela de Josep Puchades y Karsten Dobers.
Ha recibido lecciones magistrales de Thomas Ribl, Isabel Charisius, Leo de Neve, Liesbeth Steffens, Simone Gramaglia, Rivka Golani, Julia Hu, Pilar Marín, Sergio Sergio Sáez y Joaquín Riquelme entre otros.
Ha sido miembro titular de la Joven Orquesta de la Comunidad Valenciana, Orquesta Federal de Valencia, Orquestra Filharmònica de la Universitat de València y actualmente de la Joven Orquesta Nacional de España.
Ha colaborado con la Orquesta Nacional del País Vasco, Orquesta Sinfónica de Bilbao y desde 2022 forma parte de la bolsa de la Orquesta de Valencia en la que participa frecuentemente.
Es miembro fundador de Nostrum Mare Camerata.
Corta distancia:
- La música ha estado presente en mi vida desde que nací. En mi familia no hay ningún músico, pero sí gran afición. Mis padres me inscribieron en el conservatorio como pasatiempo. En principio nunca fue mi idea dedicarme a la música. Desde pequeño me llamaban la atención las matemáticas y la física y tenía en mente ser arquitecto. Sin embargo, al pasar los años, descubrí qué era tocar en orquesta y juntarse con otros músicos y empecé a cambiar de idea con respecto a la arquitectura dándome cuenta de lo interesante y divertida que podía ser la música.
- Mi familia es quien más ha influido en mí como persona, concretamente mis dos padres. En cada uno de ellos he podido ver los diferentes valores y virtudes que me han ido inculcando. Considero que han sido los principales pilares de mi evolución como persona. Puedo decir lo mismo de mis amigos, juntos recorremos el camino evolucionando y mejorando día a día.
- Al escuchar desde niño música clásica, y más concretamente sinfónica, siempre he conocido y admirado los grandes conciertos tanto de violín como de piano. De hecho, hubo un tiempo en el que dejé la viola y comencé con el violín motivado por su maravilloso repertorio. También me hubiese encantado tocar el piano; al igual que con el repertorio de violín, el de piano me gusta incluso más, y tocarlo, es una espinita que siempre he tenido clavada pero nunca lo he hecho.
- Siempre me llamó la atención la arquitectura y pensaba que era mi vocación. Incluso empecé la carrera e hice 1º, a la vez que hacía 1º de superior de música, ya que no tenía claro por cuál decantarme o si hacer las dos a la vez. Pronto comprobé que combinar ambas cosas era algo inviable y decidí que prefería hacer una carrera bien, a dos a medias, eligiendo finalmente la de música.
- Me fascinaría tocar los conciertos de Brandemburgo con NMC; cualquiera de los seis sería maravilloso, o incluso hacerlos todos, uno cada año. También me gustaría interpretar las serenatas para cuerdas de Tchaikovsky y Dvorák, que son algunas de las más conocidas, y otra, no tan programada pero igual de bonita, como la Op. 6 de Suk, alumno y yerno de Dvorák.
